En 1954 un grupo de cuatro nacionalistas intentó matar a los congresistas de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Esto causó disturbios en Puerto Rico. Las personas responsables fueron Lolita Lebrón, Rafael Miranda, Irving Flores Rodríguez y Andrés Figueroa Cordero. Había muchas protestas. El 1 de marzo, 1954 fue la protesta más grande en Puerto Rico. Olga me dijo que Lolita Lebrón era la figura central. Ella fue la primera mujer líder del grupo. Muchas personas estaban enamoradas de ella por su belleza. Ella llevaba tacones altos y los labios rojos; era hermosa y fuerte. En el momento de ser detenida sacó una bandera puertorriqueña. Aunque el ataque ocurrió en Washington D.C., los acontecimientos que siguieron en Puerto Rico cambiaron la cultura de la isla. Durante los disturbios, Olga recordó mirar las noticias en la televisión: "Era una niña, una bebé. No entendía lo que estaba sucediendo. Pero mi mamá me lo explicó. Me dijo que personas querían ser libres, pero ellos utilizaban violencia para conseguirlo. Muchas personas estaban enojadas. Después de eso fuimos para Nueva York".
En Nueva York, Olga y su familia se unieron a grupos de activistas que protegieron los derechos civiles de los latinos. Por ejemplo, crearon programas para darles comida a los necesitados y construyeron clínicas gratuitas (Teaching Tolerance). También lucharon por los derechos de votar para las personas que no podían entender inglés.
Le pregunté a Olga cómo estas experiencias afectaron su vida. Ella me dijo que después de las protestas, sabía que quería involucrarse con la comunidad latina. En la universidad, estudió la asistencia social y se unió a "The Young Lords". Esta organización fue creada para proteger a los boricuas de ataques raciales (Fernandez 256). Ella también se unió a "Taíno Revivalists", un grupo que quería que los boricuas reclamaran su origen indígena. Olga protestó por los derechos civiles para afroamericanos y latinos con Bernie Sanders, Malcolm X, y Lolita Lebrón. Ella me dijo que si no fuera por las protestas en Puerto Rico, nunca habría hecho esas cosas.
Olga y mis abuelas habían hecho muchas cosas en sus vidas. Hablamos sobre el racismo que los latinos han experimentado. Es triste escuchar lo que mis abuelos vieron cuando eran jóvenes. Los latinos todavía experimentan el racismo hoy. Me hizo pensar sobre las protestas que tenemos ahora. Después de la conversación, busqué en la Red para obtener más información. Miré un vídeo sobre Lolita Lebrón. En el video, un periodista le preguntó si ella se arrepiente por sus acciones. Ella contestó: "No I am not sorry to come...demanding freedom for my country any day" (YouTube). Es muy interesante. Espero que un día, la gente tenga respeto por las culturas de otras personas. Las protestas en Puerto Rico tienen sus efectos en la cultura de hoy.
Mientras hablábamos, yo estaba asombrada. Entendí que no sabía mucho acerca de la historia de Puerto Rico. Quería hablar más con mis mayores. Me sentía un poco triste después de hablar con ellos porque no sabía mucho sobre mi cultura. He vivido muy desconectada de mi cultura y mi lengua pero me alegré de poder comunicar con estas personas y conectar con la historia de mi país.
Cuando yo era joven, mi madre nos mudó a una casa nueva. El barrio tenía prejuicios contra los latinos. Así, a fin de protegernos, ella dejó de hablar español. Mis abuelos vinieron a Lowell en 1973 con sus cuatro hijos. Debido a los problemas sociales entre los Estados Unidos y Puerto Rico, mi madre y su familia afrontaron mucho racismo. Aunque había una población puertorriqueña, no teníamos ninguna plataforma para el activismo en Lowell. Por eso, los padres de mi madre y mis tíos trataron de asimilarlos a la cultura americana para que su vida pudiera ser mejor. Mi madre, Gillian Rosa, hizo lo mismo para sus hijos.
Mientras que aprendía un poco sobre la historia de mi cultura, me sentía desconectada. Yo pensaba que como yo no tenía el idioma perfecto yo era menos, que había un conflicto entre mi identidad y la cultura puertorriqueña. Sin embargo, mis ideas han cambiado. Olga estaba rodeada por una comunidad latina en Nueva York. Mi familia era la única familia latina en el barrio durante muchos años. Olga fue capaz de explorar su cultura dentro de una comunidad que celebraba su cultura, mientras que yo tenía que ocultar la mía hasta que fui mayor. Hasta hace poco, creía que yo estaba fuera de la tradición de mi familia. Con un poco de ayuda, me di cuenta de que yo no estaba fuera, yo solo tenía experiencias diferentes. Ahora que soy mayor, puedo conectarme con mi cultura y la lengua de mis antepasados mientras respeto las decisiones de mi madre. Soy boricua y siempre lo fui.