Abstract

I come from a big, traditional, Dominican family. My mother was born and raised in the Dominican Republic. She moved to the United States with five of her sisters in the late 1980s. Even though we were living in the United States, our home space was a replica of the Dominican Republic. From the food we ate to the news channels we would watch, the culture of Santo Domingo was instilled in us and we were very proud of it. As connected as I feel to both my American and Dominican culture, there are still a lot of things I am not fully aware of. For this reason, I decided to write about La Virgen Altagracia and the ways she has impacted the lives of my family members.

Growing up, my family always had conversations about La Virgen Altagracia, the prayers and promises they would make to her, and the way in which they would celebrate her every year on January 21st. My sisters and I would follow this tradition without knowing anything about it or why it was celebrated to begin with. The investigation is valuable by itself, but it was also important to me on a personal level because it allowed me to connect with my mother and one of my tías on a cultural level. It also opened up conversations that were filled with memories of family, love, and celebration in the Dominican Republic that I hope you enjoy reading and learning about.

Un mundo, una raza, varias creencias

Franchesca Arias

Imagina una agradable brisa de arroz, habichuelas (frijoles), y pollo abrazando tu nariz. La música alta con un ritmo tan interesante que te hará querer mover las caderas y agitar las manos para arriba, libres en el aire. De repente, empiezas a sentirte despierto, física y mentalmente, entrando el mundo con una perspectiva positiva. ¡Bienvenidos a la celebración de nuestra Señora Altagracia!

Cada año, el 21 de enero, se hace una celebración en la ciudad de Salvaleón, Higüey, donde está la Basílica Catedral de la Virgen de Altagracia, construida en el año 1970. Esta construcción es un recordatorio de tener fe, fuerza, y memoria de la importancia de celebrar las raíces africanas. También es un momento en que la gente expresa deseos para un milagro; muchos la llaman “La mujer de milagros”. Aquí, miles de personas de diferentes partes de la República Dominicana, y también del mundo, vienen a Salvaleón para celebrar y darle las gracias a la Virgen de Altagracia. (La palabra ‘gracia’ significa ‘grace’ o ‘divine gift’ en inglés.) La celebración es una mezcla de culturas diferentes, religiones africanas y, también, el catolicismo en que los dominicanos oran, tocan música influida por África, cantan y bailan. Para los dominicanos, esta celebración es un momento del año para ser uno con nuestro mundo.

La diversidad de la celebración del 21 de enero en la República Dominicana nos remite al concepto del sincretismo; una ideología (o una práctica) en que distintas combinaciones de culturas y creencias se unen para formar una civilización única. Sergio Reyes explica que hay diferentes niveles de sincretismo entre la cultura africana y las de las naciones colonizadores (Francia y España en los contextos haitianos y dominicanos). Estas diferencias existen por la forma en que se estructuró la sociedad en ese tiempo. Aunque los esclavos y colonizadores tenían creencias y culturas diferentes, solo había una creencia oficial. Reyes describe las transiciones que los africanos tenían que hacer para expresarse y vivir usando las religiones oficiales de los europeos. Reyes escribe que en “esta manera fue que se construyó los diversos sincretismos afroamericanos hoy existentes” (Reyes 6). La religión no fue lo único que estas culturas mezclaron. También, ellos compartieron su vida social y económica de distintas maneras—los bailes populares y religiosos, sus formas de vestir, los hábitos alimenticios, la medicina tradicional y el lenguaje fueron elementos culturales que compartieron y transformaron.

Al mismo tiempo, Reyes describe varias versiones de deidades que son de importancia para diferentes culturas—por ejemplo: Santa Rosa de Lima, Santa Ana, Santa Marta la Dominadora, la Dolorosa, y la Virgen de la Altagracia o de las Mercedes. Estas deidades ayudaban la gente a tener una mente positiva; su propósito era proteger las personas con fe. Reyes explica que “las expresiones más frecuentes son la realización de peregrinajes y ofrecimiento de promesas en pro del logro de alguna causa” (Reyes 11). Estas creencias siguen siendo una gran parte de la cultura dominicana y haitiana.

La historia de la Virgen de Altagracia es importante conocer para entender las razones de sus prácticas y celebraciones. La cofradía del Espíritu Santo en el valle de San Juan de la República Dominicana tiene una fuerte conexión con el ritual fundado por los esclavos africanos en el siglo XVII. Esta forma de sincretismo afro-católico era famosa por ayudar a los esclavos enfermos que trabajaban en la plantación. Unas de las prácticas principales de esta creencia es una danza llamada el baile del Espíritu Santo (Dance of the Holy Spirit) que Jan Lundius describe como una “danza de pareja expresiva y fascinante” (Lundius 178). El baile, como toda la celebración de la Virgen Altagracia, es también una forma de velación—un ritual multinivel ofrecido como un medio de comunicación entre este mundo y el mundo espiritual (Lundius 178). En efecto, las personas se reúnen el día 21 de enero porque es el día de las promesas. Lundius dice que las promesas hechas al santo son votos religiosos que forman una conexión con el creyente y un santo. La Virgen de Altagracia, en este sentido, es una santa que es altamente alabada y las personas tienen fe en sus habilidades de destruir espíritus malignos o malvados.

Dar una promesa implica comprometerse en sentidos diferentes—por ejemplo, vistiendo todo blanco por un año o dejando crecer el pelo (ejemplos específicos que me dijo mi tía cuando ella habló sobre la celebración). Estas personas llevan las promesas con ellos por mucho tiempo en sus vidas para poder recibir el milagro que pidieron.

La Virgen Altagracia en mi corazón: Historias personales

Cuando hablé con mi madre sobre su vida en la República Dominicana y cómo ella y su familia le daban las gracias a la Virgen de la Altagracia, ella comenzó con una palabra: agradecimiento. Ella explicó, “Nuestra Señora de la Virgen Altagracia es la madre de Jesucristo y protectora de nuestra vida. Cada noche, con tu mamá (grandmother) Sofía, tus tías y yo oramos y le dábamos la gracia a la Virgen Altagracia por todo que teníamos en la vida; no era mucho, pero sabíamos que estábamos afortunadas por tener una familia, amigos, comida, y la casita de nosotros ubicado en Santana. También se oraba por cualquiera problemita que uno tenía; ella (la Virgen Altagracia) lo ayudaba.” Con tanto orgullo en su tono de voz y su carita de felicidad, yo sabía que sus pensamientos la llevaron para un tiempo mágico y especial en su corazón.

La celebración del día 21 de enero se celebraba en casa también porque es un día muy importante para todos los dominicanos, dice mi madre. En su barrio, siempre se reunían en la casa de una organizadora del paseo para Higüey. Cuando regresaban de la celebración, cocinaban muchas cantidades de arroz, habichuelas y carne para todos los niños y también para las personas que fueron a la celebración. Sabiendo lo importante que es este día para mi madre, yo le pregunté cuándo fue la ultima vez que ella celebró el día de la Virgen Altagracia. Ella respondió, “yo siempre lo tengo en mi mente, yo lo llevo dentro de mi corazón. Aunque no celebro aquí en los Estados Unidos, siempre cargo la Virgen en mi mente y corazón, y le doy gracia por lo que tengo en mi vida.”

Mi madre me dijo que “la identidad de uno nunca se olvida”. Para ella, la celebración de la Virgen Altagracia ayuda a la gente a recordar la historia de sus culturas y identidades. “Es un día de agradecer todos los milagros que ella ha hecho para nosotros y los sigue haciendo todavía. Yo quiero volver para la República, pero para el día 21 de enero, visitar la Basílica, y pasar mi tiempo en ese medioambiente. Yo he oído de los muchos milagros que ella hace.” Para mi madre, la Virgen de la Altagracia le ha ayudado en tiempos difíciles y en los tiempos buenos también. Por eso, ella siempre carga un agradecimiento inmenso para Altagracia y espera para el día que ella vuelva a la República Dominicana para visitarla.

A pesar de que mi madre creció con todas sus hermanas en el mismo barrio, sus recuerdos e ideas sobre la Virgen de Altagracia y su celebración son un poco diferentes. Después de hablar con mi tía, Carmen Rosario, me di cuenta de que ella tenía experiencias diferentes. Ella describe sus experiencias con la santa como una bendición. La Virgen Altagracia se convirtió en su salvadora y también en guardiana durante su vida. Carmen tuvo la oportunidad de ir a la celebración el día 21 de enero dos veces en su vida para dar gracias a la santa por los milagros que ella le trajo. En un caso, llevó a su hija a la celebración porque quería agradecer a la santa por bendecirla con una niña. También fue una oportunidad para Carmen presentar a su hija a la protectora y trabajadora de milagros para la gente de la República Dominicana.

Mi tía refiere a la Virgen de Altagracia como la Virgen María, que son, para ella, la misma santa: la madre de Dios. Ella explicó que a la Virgen Altagracia le dan distintos nombres en diferentes lugares del mundo. Por ejemplo, en México, la Virgen de Altagracia es conocida como la Virgen de Guadalupe. Esta idea se relaciona con las investigaciones de Sergio Reyes sobre el sincretismo—específicamente la idea que muchas sociedades tenían deidades con nombres diferentes, pero con propósitos similares. O sea, la Santa Rosa de Lima, Santa Ana, Santa Marta la Dominadora, la Dolorosa, y la Virgen de La Altagracia o de las Mercedes son ejemplos de santas en diferentes partes del mundo que las personas agradecen por proteger a la gente. Al mismo tiempo, la gente les reza para que se produzcan milagros.

Con relación al día de promesas, mi tía describió sus experiencias con la Virgen de Altagracia llena de agradecimiento. Sus padres siempre le hablaban sobre la Virgen desde que ella tuvo uso de razón. Siempre en su casa hablaban sobre la Virgen Altagracia. Desde cuando ella era pequeña, Carmen oró a la Virgen Altagracia para obtener buenas calificaciones para sus exámenes en la escuela. A medida que crecía, nunca dejaba de rezarle a esta santa por las cosas que realmente quería. Ella nunca oró a Dios porque creía que la Virgen Altagracia era la que le conectaba a Dios y ella era a quien teníamos que rezar si queríamos un milagro. Pero, este aspecto de su religión cambió a medida que envejeció. Ella no reza a la Virgen Altagracia tanto como solía hacerlo. En cambio, ella le reza a Dios, pero siempre tiene la Virgen en su corazón.

El día 21 de enero Carmen y sus hermanas celebran yendo para misa, para auras santas de las personas del barrio, y también fiestas como las patronales que hacían en el campo. Un aura santa es una reunión, casi como misa, pero en una casa. Por otro lado, la misa es una reunión, pero dentro de la iglesia. Carmen dice:

Cuando era chiquita, primero íbamos para una misa por la mañana, y después que hacían la misa, empezaban las fiestas. Celebraban una semana, como si fuera una semana cultural y luego al último día se hacía una fiesta de los palos, una danza folklórica y tradicional dominicana y haitiana derivada de África, que la gente tocaban y bailaban. El día 21 de enero no es un día normal para la República Dominicana. Uno siempre espera ese día para ir de fiesta y para rendirle homenaje a la Virgen de alguna manera.

Para Carmen, la Virgen hacía muchos milagros y todavía le hace muchos milagros para las personas que los necesitan. Ella siempre mostrará su aprecio a esta santa por darle una hija. Mi tía cree que fue la Virgen Altagracia la que la bendijo con su bebé milagro después de varios años de complicaciones. Por eso, la primera vez que mi tía fue a la celebración del 21 de enero fue a principios de los 90, cuando fue a llevar a su hija a la basílica para darle las gracias a la santa. La hija de mi tía, mi prima, se llama Milagros Puello; un nombre que representa el poder de la Virgen y también el agradecimiento.

Aunque crecí escuchando historias de la Virgen Altagracia en mi familia, nunca supe quién era ella o el impacto que tuvo en las vidas de muchas personas. Muchos familiares me contaron historias sobre este poder omnipotente de la santa Altagracia, pero no fue hasta que escuché estas experiencias de mi madre y mi tía que se volvió más real para mí. La religión está profundamente arraigada dentro de nuestras culturas. Nosotros tenemos una mezcla de varias culturas dentro de nuestras creencias. Nuestra Señora Altagracia es un ejemplo de los muchos santos que protegen y bendicen a su gente. Aunque la celebración del 21 de enero se lleva a cabo en la República Dominicana, es el día que nuestra historia, como una raza, se une para celebrar esta santa. Igualmente, es el resultado de las conjugaciones de varias culturas y los impactos que han tenido en nuestras vidas. Si somos capaces de informarnos acerca de cómo se desarrolló la religión, encontraremos que hay conexiones entre cada tradición de nuestras familias.

Bio - Franchesca Arias

I am a Dominican-American who was born and raised in Lawrence, Massachusetts. Spanish was my first language and I learned English as soon as I was put into the school system. Since then, my life has been heavily influenced by living in this espacio entremedio that consists of arroz con pollo and cheeseburgers, bachata and the cha-cha slide, Anthony Santos and Frank Sinatra. Living in this in-between and developing the skill of being bilingual has both advantages and disadvantages. From my own experiences, I have always been too American for my family or too Latina in the US. However, having knowledge of both cultures and languages has helped me connect with the world. I am a Senior at the University of Massachusetts Lowell, double-majoring in Spanish and Sociology. Next year, I will be an English as a Second Language (ESL) educator for 7-8th graders in the Lawrence district.

Obras Citadas

  • Lundius, Jan. The Great Power of God in San Juan Valley: Syncretism and Messianism in the Dominican Republic. Lund: Religionshistoriska avdelningen, Lunds universitet, 1995.
  • Reyes, Sergio. Sincretismo: Formas de expresión en la frontera. Santo Domingo: Editora Universitaria, 1999.
  • Rosario, C. 2019. Entrevista.
  • Rosario, F. 2019. Entrevista.